Gracias a mis padres que me dieron todas las posibilidades de crear mi propio futuro, sabiendo que corrían el riesgo de que ese futuro también pudiera significar estar separados físicamente. Asimismo gracias por todos los valores humanos que recibí en casa.
Gracias a mis hermanos y familiares que siempre me han apoyado incondicionalmente.
Gracias a mis amigos por tantas juergas en mis primeros 20 años de vida, por tanta buena vibra y por tantas horas de buena trova, amistad verdadera y eterna aprendiendo juntos a crecer haciendo locura y media.
Gracias a mi familia de intercambio, sin su apoyo y confianza, la historia hoy sería distinta.
Gracias a esos 2 „mosqueteros“ que se subieron conmigo al avión en Lima rumbo a Frankfurt.
Gracias a todos los amigos que he conocido en Alemania que cada vez me demuestran que la sociedad alemana está llena de historias por ser descubiertas.
Gracias a todas las „palomas mensajeras“ en mi camino, esas personas que hicieron de mi persona lo que soy hoy, tanto como profesional así como por el lado personal. Hay personas que uno se encuentra en la vida que significan un punto de inflexión, un antes y un después. Gracias a todas estas personas!
Gracias al „cartero desconocido“, aquél que hizo que pudiera conocer a mi compañera de vida.
Gracias a tí, compañera de vida, amiga, amante, apoyo incesante, misterio por descubrir. Gracias por tu interés en mis raíces y en mi cultura. Gracias por aceptarme como soy.
Gracias a cada uno de mis hijos, ángeles del cielo, por haberme escogido como su papá. Gracias por aguantarme tanto.
Gracias a esas personas que creyeron y pensaron en grande y cultivaron la idea de la asociación sin fines de lucro Latinka e.V. para poder crear puentes culturales y devolver un poco de la suerte que tenemos de este lado del charco.
Gracias a todos los momentos buenos, a los difíciles y a los golpes de la vida por ayudarme a encontrar mi propia identidad y mi propio camino.
Gracias a todas, a todos, gracias al destino, gracias a Dios, gracias Perú, gracias Alemania.
20 años de mi vida viviendo acá, la mitad de mi vida, a partir de hoy viviendo más acá que allá pero gracias a tantas experiencias viviendo libre en un mundo global y con una identidad libre de fronteras y barreras.