¿Cómo reaccionaría yo y cómo reaccionarías tú si cada día las noticias nos informaran de accidentes aéreos con más de 200 pasajeros muertos? ¿Y cómo reaccionarías si un amigo, una amiga o un miembro de tu familia fuese uno de los pasajeros en ese accidente y no puedes cambiar este desastre?
En el Perú, país donde tengo mis raíces y donde vive la mayoría de mi familia y amigos, según las estadísticas oficiales al menos 200 personas están muriendo de Covid-19 todos los días hace varias semanas. No voy a discutir en este momento si los números son ciertos o no porque me alejaría de la que quiero compartir sino de mi responsabilidad y actitud personal que me han preocupado durante meses. Hoy escribo sobre eso.
En ambas orillas
Mi cuadro favorito se llama „En ambas orillas“ y refleja mi vida de una manera muy poética.
Por mis padres, mis raíces están en el Perú; y, y por mi esposa e hijos, en Alemania. Tengo familia y amigos en ambos países. Y la nueva realidad de la pandemia #covid19 es completamente diferente en estas dos naciones.
En Alemania, los temas más importantes en julio y agosto son las „vacaciones“, las „pruebas obligatorias para quienes hagan turismo“ y el „funcionamiento regular en las escuelas“. El cuadro se completa con las acciones de algunas minorías que no tienen nada mejor que hacer que protestar contra „las medidas que tenemos contra el coronavirus“. En el Perú, y en muchos otros países, estos no son sus temas cotidianos.
Teniendo en cuenta su densidad de población, el Perú es el país más afectado de América del Sur y, a nivel mundial, uno de los cinco países más afectados por el número de muertes por millón de habitantes (a principios de agosto de 2020).
Hay muchas razones que han producido esta situación, entre las más importantes considero el muy alto nivel de empleo informal, que llega al 70 %, la alta densidad de población y hacinamiento en los centros urbanos, sobre todo en la capital, y un sistema de salud estatal muy precario, descuidado por muchos años. Los pronósticos no son buenos. Resulta difícil al país elegir entre la salud y la economía, ya que se encuentra en una situación muy compleja, tanto en términos de salud como económicos.
¡Sí, y yo vivo en Alemania!
Esta es exactamente la pregunta que me ha estado preocupando durante semanas. Vivo en Alemania y no en el Perú. Vivo en el país, que sigue siendo para mí el que tomó las mejores decisiones e hizo la mejor gestión de crisis de esta pandemia. Pero no me siento lo suficientemente libre para disfrutar de esta realidad, obtenida con tanto esfuerzo y con muy pocas infecciones localizables.
¿Por qué no puedo disfrutar de la vida tanto como muchos otros?
Mi responsabilidad y mi conexión con mis raíces
Hace unos años tuve la maravillosa experiencia de un temezcal con Joane Filchner. En esta experiencia me di cuenta de que realmente vivo y estoy en ambas orillas. En cada momento y con cada respiración estoy conectado tanto con el Perú como con Alemania.
Por lo tanto, no es fácil para mí „seguir adelante“ en esta pandemia, porque yo
- he usado este tiempo para cuestionar muchas cosas, y considerar cómo me gustaría seguir viviendo mi vida, y
- no puedo simplemente ignorar la realidad de muchos otros países como si no existieran.
Continúo recorriendo mi vida positivamente, pero estando alerta y siendo sensible, no volviendo „lo más rápido posible a la vieja normalidad“, sino dando forma y redefiniendo mi camino.
Para mí, esto incluye ahora las reglas A-H-A (por sus siglas en alemán – distanciamiento, higiene, mascarilla), que seguirán siendo la medida de todas las cosas para mí. Personalmente me cuesta mucha fuerza y energía mantener mi distancia física, pero veo exactamente en esta energía la oportunidad de hacer mi contribución, de hacer algo por mí mismo y por mis raíces. Canalizo esta energía como si el „batido de alas de una mariposa“ que pudiera traer la curación al otro lado del mundo.
Para ser bien claro y directo. Esto que te escribo no es porque espero que cambies tu comportamiento ni tu manera de actuar, sino que solo quiero decirte lo que hago y por qué lo hago.
Así que, la próxima vez que nos veamos, no me malinterpretes por favor si no te abrazo o mantengo mi distancia. Precisamente porque te quiero y aprecio, así como tu cercanía, me siento feliz cuando dedicamos nuestra energía a los que necesitan mucho más de lo que podemos imaginar en este momento.
Hola Rafael,
muchas gracias por tu artículo! Me ha conmovido y me ha ayudado a entender un poco mejor cómo me siento y, de algún modo, me ha ayudado también a (re)justificar la decisión que he tomado esta semana de cancelar mis „vacaciones“ a España, para visitar a mi familia. Según la tabla a la que has hecho referencia, España está justo un puesto por delante que Perú en número de muertes. A pesar de las medidas que se están aplicando, las pruebas obligatorias a la vuelta (dado que Madrid es zona de riesgo desde esta semana), etc., no sería responsable por mi parte volar, no tanto por mí, sino por todos los que me rodean y toda la población en general. Estoy contigo y yo también quiero aportar mi granito de arena y, si todos lo hacemos, seguro que el batido de alas de la mariposa surte su efecto.
Espero que nos veamos pronto y nos podamos dar ese no-abrazo.
Un abrazo virtual fuerte y gracias de nuevo!
Hola Rafael,
gracias por este artículo. Realmente vivir en „ambas orillas“ es nuestra fortaleza y a la vez nuestro talón de Aquiles.
Viver a ambos lados en donde se vive a carne propia la desesperación por salvar a un ser querido y llorar sus muertes y por otro lado viendo como continuamos nuestra „normalidad en Alemania“ es tan dificil.
Tenemos que poner nuestro granito de arena y asi evitar más muertes y erradicar por completo este virus. Es la única forma de poder proteger a este mundo. El sistema de salud en países como Perú no va a alcanzar el nivel que necesita para atender a pacientes covid-19, ya que para eso se tiene que cambiar muchas cosas. Sólo espero que después de esto la gente sea consciente que la salud y la educación en la base para una economía fuerte y perdurable. No pierdo las esperanzas que nuestro ya machucado Perú recapacite.
Muchos saludos desde Mannheim y bitte bleib gesund !